“El fondo del corazón es árido. El hombre siembra sólo aquello que puede… y lo cuida”. Stephen King, Cementerio de animales

Una historia tierna y atrapante

Reseña de El hámster dorado, de José María Marcos (Del Naranjo, 2014). Escribe: José María Franchino Arnaiz para La Palabra de Ezeiza

El hámster dorado narra la historia de una niña que vive en la indigencia junto a su madre en un triste presente y con un futuro poco prometedor. La aparición de una mascota marca un antes y un después. Cuidar y querer al misterioso hámster le brindará a Camila una luz de esperanza para sobreponerse a la realidad.
Uno de los ejes del relato está en la relación entre Camila y su madre, una mujer endurecida por su destino, quien —pese a su aparente frialdad— no dudará en ponerse en riesgo para proteger a su hija. La otra clave es la fe, o tal vez, sea mejor decir, la certeza de que hasta después de la noche más oscura saldrá el sol.
Como telón de fondo, hay una fábrica abandonada que nos recuerda que el pasado nunca está tan muerto como pensamos. No faltan la amistad sincera, la voz de la experiencia y un barrio que sigue con atención las peripecias de esa antigua construcción habitada por espectros.
Mezcla de policial y fantástico, melodrama y aventura, El hámster dorado —que integra la Colección La Puerta Blanca— es una novela atrapante y tierna. Pese a la sordidez de los escenarios y de algunos personajes, posee todos los ingredientes para que un adolescente se apasione y se transforme en lector para toda la vida.

La Palabra de Ezeiza, jueves 4 de diciembre de 2014.